jueves, 28 de octubre de 2010

FUNDACIÓN DE LA COFRADÍA.


El Domingo de Resurrección, 3 de abril de 1994 un grupo de jóvenes entusiastas reunidos en torno a una mesa  compartían los caldos de Montilla-Moriles y la comida típica benamejicense, y en animada conversación analizaban el horizonte que podían tener las cofradías locales, la función que desarrollaban entre la feligresía y la labor que en ellas la juventud ejercía. Los comentarios pronto se convirtieron en ideas, estas en sugerentes e inminentes proyectos; la ilusión enmudecía a los inconvenientes para hacer realidad el ideado proyecto de creación  de una nueva cofradía, cuyo titular, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, preside la Capilla de Cementerio.

    A aquellos escasos fundadores pronto se le unirían estudiantes de bachiller, trabajadoras de la industria textil, devotos de la Imagen y amigos de las cofradías  en general. Hoy el curso de la cofradía se aproxima a los 180 miembros, de los cuales más de la mitad realizan manifestación pública de fe vistiendo austero hábito nazareno a partir de las 9 de la noche del Martes Santo, después de haber rezado devotamente a su Cristo, desde la Iglesia de la Inmaculada Concepción hasta la Capilla del Cementerio, situada al oeste de la población, a unos 500 metros de distancia, en la parte exterior y perímetro general del Campo Santo. Silencio, rugido ronco de un tambor sordo, a toque de campana se mecen las velas portadas por penitentes, orden, piedad, el dulce sonido de la música de capilla, recogimiento, la noche oscura y los ojos iluminados por tan sencilla y magna manifestación de fe.

    Las actividades de la cofradía no se resumen a las del Martes Santo: consolidar las habituales de las cofradías del pueblo, desarrollar  los estatutos y lo que ello implica y recuperar tradiciones cofrades desgraciadamente perdidas en Benamejí son las metas a alcanzar por los miembros de esta joven cofradía. Conferencias formativas para tender a una realización personal como cristiano y cofrade de sus miembros; actos cultuales cuya meta es la Misa de Regla ante nuestro Titular el Lunes Santo; acto penitencial para el Viernes de Dolores; obras caritativas y sociales; fomento del sentir cofrade entre los escolares con diversas iniciativas; visitas a centros asistenciales así como a comunidades de clausura; comida de hermandad con motivo del aniversario fundacional......

    Es una cofradía de su tiempo, en la que hombres y mujeres participan por igual en todas las actividades, como ejemplo citar que el Titular es portado el Martes Santo por una cuadrilla mixta. Todos los hermanos que procesionan, incluso los portadores, visten cubre rostro, túnica negra y adornos y ribetes dorados.

    Adentrarnos en la historia religiosa de nuestro pueblo para rescatar olvidadas costumbres nos obliga a estudiar el archivo parroquial y a preguntar a los mayores de la localidad. Ese estudio nos confirma la importancia histórica que antaño tuvo Benamejí, lo cual redundó en numerosas construcciones, esculturas, pinturas, obras de orfebrería y un largo etcétera, conservándose en la actualidad algunas de ellas, y de estas, unas en mejor estado que otras. Es muy complejo establecer de forma breve reglas tendentes a orientar a los más directamente responsables de la conservación de este rico y variado patrimonio artístico y cultural; debidamente asesorados se procedió a la restauración de la Imagen Titular de la cofradía, atribuida a discípulos de Diego de Siloé, del siglo XVI según expertos, en 1994.

En ese afán por recuperar parte de nuestro patrimonio, incrementarlo y embellecerlo, se ha llevado a cabo el proyecto de rehabilitación de la Capilla del Cementerio. Se sustituyeron sus puertas por unas donadas por la Comunidad de Madres Carmelitas Descalzas de Lucena. Estas puertas en su día fueron las de entrada principal al Convento de San José, que se hallaba en la Plaza Nueva de dicha localidad aproximadamente hace 25 años. Las puertas a las que nos referimos, de madera, con más de 200 clavos artesanales, datadas según especialistas, del siglo XVII y su valor artístico radican en su antigüedad, dimensiones y su estado de conservación. La sustitución de las puertas permitió el acceso la noche del Martes Santo del trono de la Imagen de nuestro Titular, que preside la Capilla, al interior, y no ser  confundida esta con una dependencia más del Cementerio. La rehabilitación se completó con otras actuaciones:  sustitución del anterior retablo  en un lastimoso estado, por otro, en el que el elemento principal es la piedra.